
San Francisco a oscuras: Más de 300 barrios afectados por prolongados apagones
San Francisco de Macorís vive días de indignación y frustración. Desde hace varias días, la ciudad ha estado sumida en apagones prolongados, intermitentes e inexplicables que afectan a la gran mayoría de sus 313 barrios. La situación se repite en muchas provincias del país, dejando en evidencia la debilidad del sistema eléctrico nacional y el deterioro en la calidad del servicio.
Comunitarios reportan interrupciones de hasta 12 horas continuas sin energía, mientras otros sectores pasan hasta dos días con apenas una o dos horas de suministro. En plena temporada de calor extremo y con la actividad económica golpeada, esta crisis ha desatado la desesperación de familias, comerciantes, empresarios y estudiantes.
Un pueblo sin luz, sin explicaciones y sin respuestas
La Empresa Distribuidora de Electricidad del Norte (EDENORTE) no ha ofrecido una explicación clara. Más allá de excusas genéricas sobre “mantenimiento” o “sobrecarga del sistema”, lo cierto es que el servicio ha empeorado de manera alarmante, y los ciudadanos se sienten abandonados y engañados.
San Francisco, una ciudad productiva, comercial y educativa, no merece este castigo. El impacto de los apagones ya se siente en la paralización de negocios, pérdida de productos perecederos, cierre temporal de talleres, centros educativos y clínicas privadas que no cuentan con plantas eléctricas.
Una crisis que golpea a los más pobres
Como siempre, quienes más sufren son los sectores más vulnerables: familias humildes sin inversores, ancianos con condiciones de salud delicadas, madres solteras que cocinan con estufas eléctricas, niños que no pueden estudiar de noche. La crisis energética golpea donde más duele: en la dignidad de la gente.
¿Hasta cuándo?
Los apagones no son nuevos en la historia dominicana, pero lo que está ocurriendo actualmente representa un retroceso inaceptable, especialmente en un país que ha invertido miles de millones en generación eléctrica y que prometió dejar atrás la oscuridad.
San Francisco de Macorís no exige privilegios, solo respeto. Que se restablezca el servicio, que se dé una explicación oficial y que se garantice el derecho a una energía estable, como base de desarrollo humano y económico.